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El pollito de un día de edad es un organismo muy vulnerable que está expuesto a una serie de manipulaciones, incluida la vacunación, antes de ser introducido en una jaula de transporte y, después, en el edificio de cría. Es una cadena continua de eventos estresantes cuyas consecuencias se conocen: morbilidad, mortalidad, comienzo más difícil de crecimiento. Bajo las condiciones de desarrollo natural, la feromona materna segregada por la glándula Uropygiale de la gallina facilita la adaptación, limita los efectos del estrés y autoriza el desarrollo óptimo del sistema inmunológico y, en particular, la bolsa de Fabricio. El trabajo científico publicado por los investigadores del IRSEA (Instituto de investigación en Sémiochimie y etología aplicada) ha permitido determinar la composición de esta feromona, reproducirla y desarrollar una forma miscible al agua. Pulverizado en el bajo volumen (20 microlitros por el polluelo), persiste por 5 días, reduce perceptiblemente sensibilidad y mortalidad por estrés. La bolsa de Fabricio de los polluelos tratados son más grandes y contienen folículos más funcionales. Los polluelos se adaptan más rápidamente a su nuevo ambiente de crianza, lo que permite una mejor ingesta de alimentos y una curva de crecimiento más sostenida que en los pollitos de los grupos de control. Las características físico-químicas de esta solución acuosa permiten su administración con el mismo material utilizado para la vacunación. A nivel conductual, después de la administración de la feromona, los pollitos están más tranquilos en la jaula de transporte y hay una marcada disminución de la vocalización, que, junto con la agitación, son síntomas de la angustia de los polluelos.